El Centro de Emergencia de Mérida, «Ola de frío», cierra tras acoger a 85 personas
Este recurso se puso en marcha el 1 de diciembre por tercer año consecutivo
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El proyecto ha sido posible gracias a la financiación de la Junta de Extremadura, el Ayuntamiento de Mérida, socios y donantes de Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz y el apoyo de Cáritas Arciprestal de Mérida.
El Centro de Emergencia de Mérida, abierto durante los meses más fríos del año para procurar la atención y cuidados básicos para la reducción de daños de las personas que viven en la calle, ha cerrado sus puertas en el día de hoy.
En los 5 meses en los que ha permanecido abierto este recurso han pasado por el centro un total de 85 personas, de las cuales el 16% han sido mujeres, y con un índice de ocupación del recurso del 86%, mientras que el año pasado fue del 76%.
El objetivo del Centro de Emergencia es que las personas puedan encontrar un hogar, un lugar donde sentirse protegidos y recuperar la dignidad que la calles les había arrebatado, con la posibilidad de comenzar un proceso desde el que se les ofrecía una oportunidad de poder salir de la situación de exclusión social en la que se encontraban.
«De esta manera, –comenta Ana Belén García Rubio, coordinadora del área de Inclusión Social de Cáritas Diocesana— a lo largo de estos meses, desde el centro se han derivado 25 personas a otros recursos con la finalidad de acompañarles en el proceso que supone salir de su situación de exclusión social», a recursos como “Centro Hermano” de Badajoz, “Padre Cristóbal” de Mérida, C.A.T. de Plasencia y la casa de acogida Virgen de las Cruces de Don Benito.
Por tercer año consecutivo se ha podido llevar a cabo este recurso tan necesario en la capital extremeña, por eso vemos necesario pedir a las administraciones y a la clase política que conecten con las realidades de todas las personas y que conecten con la vida de las personas en situación sin hogar, porque se nos debe olvidar que la vivienda es un derecho.
Toda persona merece vivir con dignidad, es decir, tener un hogar con todo lo que ello implica, y no cabe duda que allá donde quiera que haya un centro de emergencia, también dignifica el lugar donde se encuentra.
Labor del voluntariado
Desde la apertura del Centro en el mes de diciembre, nueve personas voluntarias han dedicado su tiempo y cariño a atender y acompañar a las personas que venían de la calle.
Por ello, queremos agradecer a todas las personas voluntarias de Cáritas por ser motor del cambio social hacia una sociedad más justa, motivados desde la gratuidad y generosidad, demostrando el valor de las pequeñas cosas y de gestos sencillos que engrandecen la vida.
Tampoco hubiera sido posible sin la ayuda y colaboración del Comedor Social de Mérida, que en todo momento ha sido un apoyo para las personas que han vivido en el Centro de Emergencia.