Análisis y reflexión27/03/2024

Claves para vivir la Semana Santa

Mensaje de Semana Santa de Monseñor Jesús Fernández, Obispo de Astorga y responsable de Cáritas Española.

La Semana Santa no es una semana más. Para muchos significa un tiempo de descanso. Para otros, la ocasión de encontrarse con personas queridas pero alejadas. Para todos, una preciosa ocasión para vivir una experiencia de fe y amor cerca de Aquel que nos ama tanto que, por nosotros da la vida, y de aquellos que lo celebran en la bella liturgia de los templos y en el culto público desarrollado en nuestras calles y plazas.

La escucha

La primera clave para vivir esta Semana Santa ha de ser la escucha. Los espacios y las oportunidades que se nos presentan son innumerables, de ahí que sea necesario elegir bien, si queremos evitar la dispersión. Por mi parte, os propongo la escucha de la Palabra de Dios que, en la liturgia, nos acerca a los acontecimientos dolorosos y salvadores de la muerte y resurrección de Jesucristo. No dejéis de prestar oído a la lectura de la Pasión que tiene lugar en la Eucaristía del domingo de ramos y en los Oficios del viernes santo. Tampoco al anuncio de la resurrección en la Vigilia pascual y el domingo de resurrección.

La mirada

Os invito también a poner en ejercicio una mirada, más que curiosa, contemplativa. Muchas son también las oportunidades que se nos ofrecen y que van, de la contemplación de Cristo Eucaristía el jueves santo, a la de Cristo crucificado el viernes, y a la de Cristo glorioso el domingo de resurrección. Esta contemplación moverá a los pecadores a la conversión, hará que los heridos por la injusticia y la violencia recobren fuerzas para perdonar, que los excluidos se sientan acompañados, que los enfermos se sientan aliviados y curados.

El abrazo

La tercera y última clave que os ofrezco es el abrazo. Sabemos que Jesús de Nazaret nos abrazó a todos desde la cruz, que murió perdonándonos y regalándonos a su querida madre María. Sabemos también que, al dolor de la tortura infringida en su cuerpo por los soldados, se unió el causado por la traición de sus discípulos más allegados y del pueblo mimado. Por Dios os lo pido, no lo abandonéis también vosotros. Abrazadle en el perdón y la reconciliación. Abrazadle en el servicio generoso a los pobres y excluidos. Arrastran también una pesada cruz. Ayudadles a llevarla uniéndola a la de Cristo para que participen también de su vida nueva.